Historia de la marca


Los orígenes de la marca se deben a don Francisco Duffo Foix, nacido Francia en 1873, emigró de joven a Argentina donde empezó a trabajar representando a diversas marcas internacionales. Posteriormente se traslada a París donde comienza a trabajar representando a la empresa British Siphon. Esta marca vendía sus productos por todo el mundo y estaba especializada en los sifones.
En 1914, Duffo Foix, regresa a España y se instala en San Sebastián donde comienza a fabricar él mismo los sifones vendiéndolos bajo la marca El Rayo. En los años 20, tras reunirse con los directivos de la empresa Coca Cola, obtiene la primera concesión para España de la marca americana, que embotella y comercializa con éxito. Años más tarde, sus hijos serían los responsables de traer y popularizar en España la tónica de Schweppes.
Fue uno de sus hijos, felix Duffo, quien tuvo la idea de fabricar gaseosas a nivel nacional. En aquella época existía un sinfín de marcas de gaseosa, eran marcas muy locales elaboradas artesanalmente. De este modo, el 31 de mayo de 1949, se constituye La Casera S.L. y en abril de 1950 aparecen en el mercado las primeras 1.417 botellas de La Casera, que se vendieron por 1.700,40 pesetas. Se vendían botellas de un litro, sustituyéndose el tradicional cierre de corcho con una cuerda, por un cierre mecánico con un tapón de porcelana, como el del agua oxigenada, dando así la imagen de algo moderno e higiénico. En junio, se fabricaron 25.000 y al final del año se han vendido 380.090 litros, lo que supone unos ingresos de casi medio millón de pesetas. 
En los 60 se crean nuevos sabores, aparecen La Casera Limón y La Casera Naranja. Todo crece año tras año hasta llegar en 1971 a una producción de 300.000 litros a la hora, se convierte en el refresco familiar por excelencia y el complemento típico del vino de mesa.

La década de los 80 supone el apogeo de la marca, entonces La Casera factura 30.000 millones de pesetas, emplea a unos 6.000 trabajadores y cuenta con más de 40 fábricas (prácticamente una por provincia) capaces de producir más de 3 millones de litros por hora. Aparece La Casera Cola, la primera cola sin cafeína de España, y se lanza al mercado el formato no retornable. Es la tercera empresa del sector de refrescos en España, sólo superada por Coca Cola, y la quinta de Europa. 
A mediados de los años 90, La Casera sufrió una vertiginosa caída de ventas provocada por un liderazgo débil y la lentitud en adaptarse a un mercado que creaba una diversificación del sector de bebidas en España con fuerte competencia. Los nuevos gestores diseñaron un plan de choque para revitalizar la marca.
Una de las claves del relanzamiento de La Casera se centró en un cambio radical en su línea de comunicación. La firma invirtió en 1997 en publicidad y marketing 1.400 millones de pesetas, un 40% más que en 1996. Con esta cifra consigue una participación de inversión publicitaria que se sitúa entre el 10 y el 12% en el mercado de refrescos, muy por encima del 2% que destinaba la empresa en anteriores ejercicios.
En esta época un grupo de inversores extranjeros, entre ellos la familia colombiana Santo Domingo, la familia alemana Berggruen y el fondo de inversiones norteamericano Wexford Management Corp, se hace con la gestión de la empresa. En el año 2001 La Casera es adquirida por la multinacional británica Cadbury-Schweppes.
La marca mantiene una importante cuota de mercado, es líder absoluta en el sector de gaseosas, y goza de una popularidad muy poco frecuente para un producto español, pudiéndose decir que forma parte de la cultura tradicional del país.