En su origen, la botella era de vidrio con cierre de goma y tapón de porcelana. Pero tras el reglamento 15/92, por el que se aprueba la Reglamentación Técnico Sanitaria de bebidas refrescantes, en su art. art. 7.2.2.e dice que "es una manipulación prohibida la recuperación de tapones no higienizables y el uso de tapones de chapa recuperada". Por este motivo, sobre los años 80, se lanzaron al mercado nuevos formatos innovadores para la épocacomo las latas y la clásica botella pasó a un envase de vidrio pero con tapón de plástico.
El art. 10.6 del reglamento 15/92 dice que los envases podrán ser reutilizables y en su caso el tratamiento para su posterior utilización deberá efectuarse en todos los casos mediante sistemas que aseguren una higienización interna y externa de los mismos y que no transmitan olores y sabores extraños al producto. Esta medida generaba unos costes adicionales a la empresa que se podían evitar. El nuevo comercio impulsó el uso del PET (plástico), dando lugar al tercer tipo de botella. Este nuevo soporte permite bajos costes de envasado, una mayor comodidad de transporte y una mejor manejabilidad de la botella sin que sufra roturas.